La pérdida de auditiva suele aparecer de forma gradual y constante con el paso de los años. El envejecimiento suele ser el principal problema pero también puede ser causada por otros factores como la genética o la exposición repetida a ruidos fuertes. 

Los estudios muestra que en la última década, el uso continuado de auriculares para escuchar música, o simplemente para hablar por el móvil en entornos ruidosos aumenta la probabilidad de daño auditivo y muchas personas han experimentado dificultad auditiva temporal después de asistir a un evento musical extremadamente alto.

Los síntomas más comunes de la pérdida auditiva son la dificultad para seguir una conversación, entender en ambientes ruidosos como restaurantes, escuchar la televisión y la música a un volumen alto, pitidos en el oído (acúfenos) y decir "eh" o "qué" todo el tiempo o pedirle a los demás que lo repitan.

La mayoría de personas con pérdida auditiva se sienten aisladas, deprimidas y son más propensos a desarrollar un deterioro de salud. Además se sabe que la pérdida auditiva sin tratar reduce la concentración y limita la capacidad para seguir una conversación en grupo.